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Mostrando entradas de septiembre, 2021

Contemos

"- ¿Cuánto tiempo ha pasado desde entonces? - Doce años, seis meses y dos... - ¿Haces muescas cada día en una celda? ¿No crees que has cumplido ya bastante tu condena? Ella guardó silencio, su cara parecía tranquila. Tomás lo tomó como un "sí". -¿O es que me quieres condenar a mí también? Más silencio. Una sonrisa. Tomás lo tomó como un "no". -¿Podemos seguir entonces? ¿Da usted permiso para continuar con la vida? [...] “Al fin y al cabo compartían un objetivo: saber. Y disentían en otro: cuánto contar”.(María y Tomás, Verano en rojo ). "Cuánto contar". Contar. Hasta diez, o por qué no hasta mil o un millón. O contar todo. O no contar nada. Contar sin orden, sin acierto, sin pausa y sin mesura. Contar que sueño con echar mucho de menos a alguien, un alguien que también me eche mucho de menos a mí. Un intempestivo abrazo de reencuentro en mitad de cualquier terminal o dársena, tras una atropellada y fugaz carrera, delante de todos, por sorpresa, donde

Había noches...

"- ¿Estás herido? Sangras- , le preguntó a Alcalá el párroco. En aquel ambiente, la pregunta sonó extraña, con un significado ampliado por la espiritualidad humilde de la iglesia. Todo el mundo sangra, todo el mundo está herido. Algunas heridas se cierran. Otras no lo hacen nunca. " "Las personas que ya no tienen fe en su destino dejan de luchar, ya no moldean su vida y pasan a convertirse en testigos pasivos de sí mismos." (Víctor del Árbol Romero, La tristeza del samurai) "Me dejé llevar por los infiernos, de los que cada día seguía esforzándome por huir. Podía sentir la atracción por la liberación que me ofrecía el vacío infinito, pero arrojarme a él requería un agotamiento y una desesperación de los que yo carecía"  (Ana Lena Rivera, Lo que callan los  muertos ) Había noches en las que aún me acordaba mucho de ella. Noches delante del teclado, en el sofá o tumbado en la cama. Noches sobre los tejados, a orillas de lejanos ríos y en tierras extrañas. He