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Mostrando entradas de febrero, 2021

El lugar a donde ir

Esa noche encontraron un lugar a donde ir, una buena razón para caminar por las mañanas con una sonrisa reveladora. ¿Sería ese el secreto de la felicidad? ¿Darse a la vida sin miedo? Odiar sin intensidad, amar sin prudencia; sonreír cuando el juego termine, sabiendo que, aunque pierdas, no has dejado de respirar durante toda la partida  (Oliver Gordon,  Un lugar a donde ir ) El destino es a veces caprichoso y sorprendente. Adormila tus días durante eternidades de hastío, y se detiene sin avisar, en una tácita caída sobre el segundero de tu devenir, para proyectar tsunamis de reencuentros y despedidas donde todo cambia, donde la perspectiva se altera y el mismo rompecabezas que deambulaba por la inercia, ahora cobra sentido.  Un beso y un abrazo. Estas mis letras, esta vez, no serán extensas ni preclaras. Mis dedos carecen del ánimo que mi cabeza no les concede. El camino se ha estrechado, se ha torcido agreste y algo inhóspito, y ya he reclutado a mis espartanos para que me aupen sobre

Con el amor de mis pies

"El defecto más funesto de la naturaleza humana es la capacidad de mantener una opinión inquebrantable basada en pruebas incorrectas" (Anónimo) "Saint Valentine is coming" , podría reflejar el slogan de un algún conocido anuncio.  El día dedicado al amor, a ese apasionado y noble sentimiento entre dos personas.  Siempre me definí como un romántico empedernido. Decimonónico en el sufrimiento y carótido en el placer. He leído innumerables libros y poemas de amor, he dedicado apasionadas notas en otros idiomas, he recitado bajo los incomparables ojos de Selene y he creado magia en improvisadas madrugadas como preludio de un beso. Incluso en otras entradas de   La Cosanostra , como bien saben mis apreciados y fieles lectores,  he reflejado famosos sonetos y amorosas letras.  Esta vez no será así. Hoy no hallarán lindos versos de azahar, ni bellas historias de encuentros imposibles. Tampoco terminaré un precioso cuento que se halla en borrador, (¿Para qué terminarlo...?)

Cuando el combate no es fácil...

"Mantén la calma -se dijo-, mantén la maldita calma y sé una puñetera princesa"  (Teniente Valentina Redondo,  Puerto escondido ) Un combate que no es fácil. Un combate en el que tu adversaria es la palpable imagen de esas ojeras que el espejo, caprichoso y engreído, arremete contra tus pupilas. Una adversaria vencida por los recuerdos, hastiada por el incólume cansancio de tantas medias lunas seducida por inestimables ausencias, resguardada en salados susurros de insatisfacción y dulces aromas impregnados en cada roce.  Un combate que no es fácil,  entre gritos de placer añorados y jugosos pecados impronunciables. Sin reglas, sin árbitros, sin compasión ni esperas, solo con olvidadas evocaciones e insinuaciones verticales como armas punzantes (y arrojadizas), evitando la desgarradora horizontalidad. Sin petos, protecciones, armaduras o blindajes adicionales. Un combate "a pelo" entre la realidad y el deseo. Una feroz lucha entre su mimético y denostado abrigo gris,

Sentado en el rincón más sensible de una mirada

"Mujer el mundo está amueblado por tus ojos". (Vicente Huidobro, Altazor )  Hace muchos, muchos amaneceres, cuando mi corazón aún aspiraba a ser amado y cuidado, cuando mi edad todavía no tenía billete alguno para la experiencia, unos crueles, bellos y despiadados ojos azules (a los que jamás me volví a enfrentar), me enseñaron este verso. Posteriormente, a lo largo de no sé cuántos amaneceres y lunas más, me dediqué a saborear el poemario al que pertenece, en una caída constante desde la belleza hasta lo sublime. Hoy estas letras vuelven a acudir a mi memoria, actuales, etéreas, inmediatas. Y quiero compartirlas, extenderlas, propagarlas como un sordo rumor que trepa por la columna de lo imperecedero. Son rescatadas entre destellos en el firmamento y golosas nubes de trigo en la sencillez del camino, acunadas por sonrisas de causalidad y casuales gotas de fina lluvia en las pestañas de un bonito nublado.  Mujer el mundo está amueblado por tus ojos Se hace más alto e