Esa noche encontraron un lugar a donde ir, una buena razón para caminar por las mañanas con una sonrisa reveladora. ¿Sería ese el secreto de la felicidad? ¿Darse a la vida sin miedo? Odiar sin intensidad, amar sin prudencia; sonreír cuando el juego termine, sabiendo que, aunque pierdas, no has dejado de respirar durante toda la partida (Oliver Gordon, Un lugar a donde ir ) El destino es a veces caprichoso y sorprendente. Adormila tus días durante eternidades de hastío, y se detiene sin avisar, en una tácita caída sobre el segundero de tu devenir, para proyectar tsunamis de reencuentros y despedidas donde todo cambia, donde la perspectiva se altera y el mismo rompecabezas que deambulaba por la inercia, ahora cobra sentido. Un beso y un abrazo. Estas mis letras, esta vez, no serán extensas ni preclaras. Mis dedos carecen del ánimo que mi cabeza no les concede. El camino se ha estrechado, se ha torcido agreste y algo inhóspito, y ya he reclutado a mis espartanos para que me aupen sobre
Osado, imprudente y temerario lector. Está usted a punto de adentrarse en un mundo desconocido,donde la tristeza y la pasión son inseparables. Un mundo repleto de gemidos en la noche, jirones en sensibles corazones, insomnio y duras lágrimas sobre intencionadas miradas. Un mundo de maliciosas gotas de sangre, rosas con espinas y educadas sonrisas tras cada venganza. ¿Se atreve a entrar? Benvenuto nella Cosanostra.