«Pues habrá que acompasar los tiempos» , le dijo la cobardía a la tentación. Carpeta . Una con tu esencia, alojada en una vetusta dirección de correo, cuyo sabor a latido y a deseo salpica con estruendo todos los rincones. Líneas aprendidas de memoria, releídas en tantas noches a solas con mi oscuro pasajero. Dedos recorriendo la pantalla, imaginando los tuyos al darles forma, deteniéndome en esos «lugares inconfesables» o en aquellas «ganas de llorar» que revelabas. Nostalgia y letras cosidas a tantos silencios, a tantas pulsaciones reprimidas. Coche . Aquella esquina. ¿Despedida? Cuando tus ojos dejaron de gritarme, pude escuchar a mis entrañas susurrándome que era el comienzo de una larga travesía hacia nadie sabe dónde. Lo supe. Tu piel ya estaba abierta en canal para mí, aunque lo disimulabas bajo el manto gris de tu abrigo y mi oscura bufanda. Madrugadas . En mitad de la noche, sin razón ni motivo. Aparecía o aparecías en nuestras pantallas, sobre mi almohada o galopando po
Osado, imprudente y temerario lector. Está usted a punto de adentrarse en un mundo desconocido,donde la tristeza y la pasión son inseparables. Un mundo repleto de gemidos en la noche, jirones en sensibles corazones, insomnio y duras lágrimas sobre intencionadas miradas. Un mundo de maliciosas gotas de sangre, rosas con espinas y educadas sonrisas tras cada venganza. ¿Se atreve a entrar? Benvenuto nella Cosanostra.