Ambrosía era el alimento de los dioses. El Olimpo su morada. Hidra, Teseo, Minos o Edipo los personajes de un mundo, de un época de milagros y de sentencias, de irrechazables deseos y eternas condenas. Pergaminos, papiros, códices y libros repletos de crueles castigos, conmovedores romances y desafiantes causalidades. Releo durante estos días páginas y letras sobre mitología, sobre diosas, ninfas y deidades con poderes sobrenaturales, tristezas muy humanas, exacerbados sentimientos y, a veces, hirientes decisiones y fatídicas lágrimas. Me deleito con estas lecturas, me conmueven ciertas historias (Apolo y Dafne siguen siendo mis preferidos...), sigo odiando a ciertos personajes ( ese blanco y hermoso toro que secuestra a Europa), elogio el coraje de Orfeo para salvar a su Euridice y me gusta encontrarle una mágica explicación a elementos o sucesos cotidianos y naturales (gracias, Prometeo, por elegir la nuez como primitivo candil o farol...) Me aterra la extrema crueldad que se imponen
Osado, imprudente y temerario lector. Está usted a punto de adentrarse en un mundo desconocido,donde la tristeza y la pasión son inseparables. Un mundo repleto de gemidos en la noche, jirones en sensibles corazones, insomnio y duras lágrimas sobre intencionadas miradas. Un mundo de maliciosas gotas de sangre, rosas con espinas y educadas sonrisas tras cada venganza. ¿Se atreve a entrar? Benvenuto nella Cosanostra.