En una tarde normal, de esas en la que uno no sabe muy bien qué hacer, en una tarde en la que el tiempo juega triste y apático a agotar el día, se abrió el telón y me vi en mitad del escenario, sobre las tablas, dispuesto a interpretar varios papeles… me sentía un niño, un divertido chico con un montón de personajes que elegir, con un patio de butacas que conquistar y con un aplausos que arrancar…las luces se apagaron, sonó el timbre, y la función, damas y caballeros, no hizo sino comenzar… Cerré muy fuerte los ojos, apreté mucho y de repente me convertí en psicólogo , de esos que escuchan y escuchan y apuntan y apuntan… y luego hablan y hablan… Me encontraba en una sala, quizás rodeado de gente, quizás no, no lo sé, porque sólo la escuchaba a ella, sólo oía sus palabras…Sonreía, miraba hacia abajo, volvía a sonreír, intentaba explicar sus preocupaciones, sus miedos, sus deseos tan ocultos y tan tentadores... luchaba por escupir emociones cruelmente retenidas y abatir de una v
Osado, imprudente y temerario lector. Está usted a punto de adentrarse en un mundo desconocido,donde la tristeza y la pasión son inseparables. Un mundo repleto de gemidos en la noche, jirones en sensibles corazones, insomnio y duras lágrimas sobre intencionadas miradas. Un mundo de maliciosas gotas de sangre, rosas con espinas y educadas sonrisas tras cada venganza. ¿Se atreve a entrar? Benvenuto nella Cosanostra.