Calor. Quietud. El murmullo de algunas perdices a lo lejos. Una cierta brisa mitigaba la temperatura. Olor a pino, a matorral, a campo, a hogareños almuerzos en casas familiares. Y silencio, demasiado silencio. En mi mochila, (iluso de mí), mis chanclas, mi bañador y un ejemplar de esa revista donde figura un texto mío en el que ella es la protagonista. Se la quería regalar, pero no vio la luz. Ninguno de mis humildes tesoros mochileros llegaron a ver la luz ese mediodía... La frialdad, la crueldad y la injusticia coparon todo el escenario. Y lágrimas, muchas lágrimas. Y dignidad. Y dañina compasión. E injusticia. Intenté verme desde fuera y me indentifiqué, en palabras de Shakesperare, como « ese mal actor que se pavonea tristemente sobre la escena...» Y su aroma envolviendo ese postrero abrazo, y el último contacto con su encantadora piel... (Un pequeño corazón azul late desde lejos exhausto, engañado, frustrado, postergado, malquerido y maltratado. Hecho
Osado, imprudente y temerario lector. Está usted a punto de adentrarse en un mundo desconocido,donde la tristeza y la pasión son inseparables. Un mundo repleto de gemidos en la noche, jirones en sensibles corazones, insomnio y duras lágrimas sobre intencionadas miradas. Un mundo de maliciosas gotas de sangre, rosas con espinas y educadas sonrisas tras cada venganza. ¿Se atreve a entrar? Benvenuto nella Cosanostra.