Hoy no les escribo desde el cielo habitual. Hoy son otras estrellas, algo más al norte, las que me hablan en otra lengua y me indican desconocidos senderos en los que aventurarme. Hace cierto fresco, nada comparado con las tórridas noches veraniegas de mi tierra. Un silencio se ha apoderado del entorno y un cierto sabor a descanso narcotiza el ambiente y me envuelve en una deliciosa sábana de anonimato. Me encuentro solo, recorriendo otras formas de pensar y saltando sobre brotes de inusuales despertares. No soy nadie en estas populosas calles, ni nada entre estos fastuosos edificios. Me encanta la sensación. Necesito a veces perderme, no ser yo, no ser reconocido ni requerido. Me gusta observar lo ajeno, tan lejos y tan distinto, y pensar que sólo soy una presencia, una sombra, un número más que cruza las calles y patea avenidas y parques. Hace un tiempo fui secuestrado por las bellas gárgolas de Il Monumentale, seducido por sombras y hechizos en Turín, y me emocioné en un a
Osado, imprudente y temerario lector. Está usted a punto de adentrarse en un mundo desconocido,donde la tristeza y la pasión son inseparables. Un mundo repleto de gemidos en la noche, jirones en sensibles corazones, insomnio y duras lágrimas sobre intencionadas miradas. Un mundo de maliciosas gotas de sangre, rosas con espinas y educadas sonrisas tras cada venganza. ¿Se atreve a entrar? Benvenuto nella Cosanostra.