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Mostrando entradas de marzo, 2010

Toda mirada tiene su poema...

(En las risas, en los encuentros, en los momentos, en las miradas, en los silencios, en los recuerdos, en los deseos, en lo asumido, en lo negado, en lo secreto, en lo revelado, con lágrimas, con risas... en todo y para todo, siempre hay unos versos... siempre seremos Altazor...) ------------------------------------- ALTAZOR CANTO II Mujer el mundo está amueblado por tus ojos Se hace más alto el cielo en tu presencia La tierra se prolonga de rosa en rosa Y el aire se prolonga de paloma en paloma Al irte dejas una estrella en tu sitio Dejas caer tus luces como el barco que pasa Mientras te sigue mi canto embrujado Como una serpiente fiel y melancólica Y tú vuelves la cabeza detrás de algún astro ¿Qué combate se libra en el espacio? Esas lanzas de luz entre planetas Reflejo de armaduras despiadadas ¿Qué estrella sanguinaria no quiere ceder el paso? En dónde estás triste noctámbula Dadora de infinito Que pasea en el bosque los sueños

Diálogo conmigo mismo

Porque en la noche más interminable escucho gritos que no suenan y leo mensajes que no han sido escritos... pero espero...porque quizás sólo aquellos que saben de mi mundo me hacen falta… en el ahogo, en el silencio más cruel... tú, que me intuyes, que superas el tiempo y la distancia y que lo percibes, que lees en las estrellas poemas con los que yo me deleité... que te acercas el mar y notas barquitos de rabia zarpando de tus ojos....sólo tú puedes conseguirlo. Esa música que me persigue, esas letras castizas que me envuelven en los recuerdos, esa proximidad que me subyuga, el olor aquel que me condenó al tierno abrazo de la nada...Tu abrazo, tu calor, tu comprensión, tu cercanía y tu amistad son mensajes de un móvil mudo y ciego, un "holandés errante" con tintes místicos con el que estoy seguro que me encontraré, aunque me pierda en la alta mar de mis momentos...Esa llamada de sirena que oigo, afligida, malherida, y la impotencia de no poder arremeter contra las olas y ayu

Una triste carta de amor...

  Es tarde, muy tarde…hace frío. El silencio se apodera sigilosamente de la noche y las estrellas enmudecen sometidas por la misteriosa oscuridad. En un rincón del mundo, mi folio y yo, solos y olvidados, iniciamos el viaje definitivo. Es mi última noche, y haré aquello que más dolor y más placer me ha causado siempre: ESCRIBIR, y así por fin confesarte que te quiero . Te quiero, dos palabras que me envenenan, que me van restando lentamente la vida. No sé cuánto hace que te amo, que te adoro, pero tú jamás lo has sabido, jamás notaste que estaba ahí… y yo siempre fui un miserable cobarde al callármelo… Es mi última noche, pero antes de que las lágrimas acaben por inundar mi rostro, pensaré por última vez en tus increíbles ojos, en tu deliciosa mirada, en ese delicado roce de tus manos, en tu eterna sonrisa… Hablábamos, reíamos, me dedicabas unos minutos y me regalabas una eternidad. Y yo soñaba, soñaba que un día, daba igual el momento, existí

Un poema de Kavafis...

(Este es un poema que me descubrieron hace mucho tiempo, y que le dedico a todo aquél que busque su rumbo, que haya iniciado su viaje y anhele el regreso...para los que están perdidos y rayan la locura por no encontrarse... afortunados sean quienes encuentren la Ítaca de su corazón...) ÍTACA. Cuando emprendas tu viaje hacia Ítaca debes rogar que el viaje sea largo, lleno de peripecias, lleno de experiencias. No has de temer ni a los lestrigones ni a los cíclopes, ni la cólera del airado Posidón. Nunca tales monstruos hallarás en tu ruta si tu pensamiento es elevado, si una exquisita emoción penetra en tu alma y en tu cuerpo. Los lestrigones y los cíclopes y el feroz Posidón no podrán encontrarte si tú no los llevas ya dentro, en tu alma, si tu alma no los conjura ante ti. Debes rogar que el viaje sea largo, que sean muchos los días de verano; que te vean arribar con gozo, alegremente, a puertos que tú antes ignorabas. Que puedas detenerte en los

Otro precioso poema...

Ayer te besé en los labios... Ayer te besé en los labios. Te besé en los labios. Densos, rojos. Fue un beso tan corto, que duró más que un relámpago, que un milagro, más. El tiempo después de dártelo no lo quise para nada ya, para nada lo había querido antes. Se empezó, se acabó en él. Hoy estoy besando un beso; estoy solo con mis labios. Los pongo no en tu boca, no, ya no... -¿Adónde se me ha escapado?-. Los pongo en el beso que te di ayer, en las bocas juntas del beso que se besaron. Y dura este beso más que el silencio, que la luz. Porque ya no es una carne ni una boca lo que beso, que se escapa, que me huye. No. Te estoy besando más lejos. (Pedro Salinas)

Bonitas letras...

(Quizás esté mal que publique esto, pero sinceramente me da igual. Me lo ha enviado una antigua alumna de hace tres años, y que este curso está luchando duro para superar 2º bachillerato y sacar nota en selectividad...Gracias, y ánimo, estoy seguro de que lo conseguirás) Tuve un profesor único. Un profesor que me dio clase solo un año, lo suficiente para valorarlo y quererlo. Un profesor que me hizo amar aún más la lectura. Un profesor que me hizo tener ganas de aprender y de superarme. Un profesor que hacía que sus clases fueran amenas, divertidas y con mucha energía. Un profesor exigente pero agradable. Un profesor que inspiraba confianza y respeto. Un profesor querido por todos los alumnos y envidiado por otros profesores. Un profesor que tuvo que marcharse. Un profesor al que echo de menos. Tuve un profesor pero ahora tengo un amigo . A.R. (Febrero 2010)