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Mostrando entradas de junio, 2018

Non permettere a niente e a nessuno di rovinare le giornate e toglierti il sorriso

Días oscuros, tibios, que se van ennegreciendo desde el mismo amanecer, desde la primera respiración. Desagradables mañanas sin luz, sin olor a despertar, sin aroma a oportunidades. Rutinas que acrecientan el áspero sabor a soledad; triviales inercias condenatorias que pululan alrededor del ánimo y se acaban enquistando en cada ventrículo. No lo permitan. No se lo permitan. Ni a esos nefastos días, ni a aquellos crueles minutos, segundos, horas o cercenados momentos. No se lo permitan. A nada ni a nadie.  No permitan que los olviden: recuérdenles que existen, de manera que para obviarlos se encuentren en la obligación de zambullirse en la vergüenza.  No dejen que se aprovechen de su nobleza, de su amistoso ofrecimiento. No caigan en el error de creer en las pírricas promesas: sólo en aquéllas que van acompañadas de sinceras miradas. Retomen las sonrisas: a cada persona, a cada viandante, al sol, a la luna y a esa suave ráfaga de viento que dialoga con nuestra piel. 

Hurried words

The clock is talking to me again. My th ought s are flying around me. I am breathing. Several images are going to go for a walk near my heart. The blood was not able to do anything:  not only have the beats stopped, but also they are in for endless wait. Thousands of  friendly single lines are looking at me: a warm-hearted look, a really quick-witted smile, a beautiful  shyness. The clock is talking to us. Silence is fighting against my crowded feelings. I wish I had not to put up with that lovely dancing: although my dreams and eagerness may be a extremely seductive couple of dancers, nobody will know if they are dancing into the sweet hell, next to the inexperienced clouds in the middle the sky or wherever they want. The clock is talking to you. You should trust its music, because of  its power to create some new worlds. It is known that destiny has been written in likeable crokeed lines, in a melting pot of  smart nightmares and smooth dawn of a new over-confident challenge.

La sal escuece, duele...pero sana.

Una amiga mía, de apacible compañía y trajín diario, acostumbra a organizar sus amistades mediante una especie de teorema que ella misma creó: « La teoría de las cajas amistosas».  Los amigos pertenecen a «cajas» ordenadas de la A-Z según su importancia, y a tenor de su comportamiento, de su apoyo, lealtad, confidencia, complicidad, respeto, implicación, etc., los va moviendo de una caja a otra en su día a día, lo que conlleva, para bien y para mal, un cambio en las relaciones en ambos sentidos, pero también un lugar merecido y no «a perpetuidad». Desde que me la explicó, me gustó la idea. Una metáfora gráfica y muy plástica que hay que tener cierto valor para llevar a cabo. Desde hace casi un año, le plagié el método y lo he convertido en una constante, incluso he radicalizado los axiomas y he añadido una pizca de indiferencia, mordacidad y cierta ironía al proceso de cambio descendente, siempre con elegancia y respeto, y con serenidad, determinación y cierta socarronería. ¿Por q